3a. encuesta SIMO-CASEDE de seguridad nacional Entre los resultados de la tercera encuesta SIMO-CASEDE de seguridad nacional, resalta que el ejército sigue gozando de la confianza de los mexicanos (74%), junto con las escuelas (80%) y la iglesia (75%). En los últimos lugares de confianza están los sindicatos (30%), la policía (29%) y los diputados (28%). Se confirma la tendencia de que los mexicanos entienden la seguridad nacional como la protección de la población frente a las amenazas que enfrenta el país (40%), mientras que la definición tradicional, que la entiende como la defensa del territorio y defensa nacionales, va en descenso (20%).
Las implicaciones de esta tendencia son importantes: la doctrina de la defensa de México está basada en la definición tradicional, sin embargo en los hechos, el ejército y la marina están participando en la protección de la población frente al crimen organizado. En otros términos, la doctrina de la defensa nacional va perdiendo terreno y se requiere un debate de fondo sobre las funciones, misiones y objetivos de las fuerzas armadas. Esta transformación es necesaria y urgente, ya que el 38% de la población estima que la mayor amenaza que enfrenta México es la delincuencia organizada, seguida de la inseguridad pública (19%) y el secuestro (8%), delito que han crecido en la percepción de amenaza para los mexicanos.
Dentro de las amenazas de la delincuencia organizada, resaltan el narcotráfico (47%) y el tráfico de armas (22%), muy por delante de la crisis financiera internacional que ya afecta a México (13%). Como se reveló en la encuesta SIMO-CASEDE pasada (disponible en esta web), los mexicanos afirman contar con armas y una cifra preocupante es que más de la tercera parte de los adultos con credencial para votar están de acuerdo en que se permita a la población tener armas en su casa, además de que más de la mitad de la población reconoce que circulan armas libremente en su comunidad.
A pesar de las numerosas críticas sobre la participación del ejército en el combate al narcotráfico, más del 80% de la población está de acuerdo con estos operativos. Los ciudadanos alertan sobre el peligro de que el ejército se corrompa (54%) y aceptan que el problema sólo se resolverá temporalmente (45%).
El presidente Calderón goza de la aprobación de su política de seguridad y los mexicanos se sienten seguros con la presencia del ejército, pero consideran que México necesitará la ayuda del gobierno de Estados Unidos (55%) y de otros países (57%).Respecto al gobierno del presidente Obama, la opinión tiene mayor esperanza en que se avance en el comercio (47%), el combate a narcotráfico (46%) y el tráfico ilegal de armas (43%) que en los temas migratorios (35%).
Un apartado importante es el de trata de personas, ya que más del 80% de la población considera que es muy grave que alguien toque a una mujer sin su aprobación, la obligue a tener relaciones sexuales o a tener hijos o la lastime. Los mexicanos hacen la sutil diferencia entre la tráfico de personas y la explotación de éstas y el 95% estima que el tráfico de personas es un delito.
Finalmente, los mexicanos se expresaron en esta encuesta sobre el control de manifestaciones, rechazan el uso de toletes y más de la mitad considera que el uso de tanques de agua sería mejor. La solidez de esta encuesta es doblemente significativa, tanto porque sigue abundando y confirmando nuevas tendencias sobre las percepciones de los mexicanos, que muestran preocupaciones auténticas y opiniones informadas, como por tratarse de una encuesta nacional en vivienda, persona a persona, con un nivel de confianza del 95%.
Las implicaciones de esta tendencia son importantes: la doctrina de la defensa de México está basada en la definición tradicional, sin embargo en los hechos, el ejército y la marina están participando en la protección de la población frente al crimen organizado. En otros términos, la doctrina de la defensa nacional va perdiendo terreno y se requiere un debate de fondo sobre las funciones, misiones y objetivos de las fuerzas armadas. Esta transformación es necesaria y urgente, ya que el 38% de la población estima que la mayor amenaza que enfrenta México es la delincuencia organizada, seguida de la inseguridad pública (19%) y el secuestro (8%), delito que han crecido en la percepción de amenaza para los mexicanos.
Dentro de las amenazas de la delincuencia organizada, resaltan el narcotráfico (47%) y el tráfico de armas (22%), muy por delante de la crisis financiera internacional que ya afecta a México (13%). Como se reveló en la encuesta SIMO-CASEDE pasada (disponible en esta web), los mexicanos afirman contar con armas y una cifra preocupante es que más de la tercera parte de los adultos con credencial para votar están de acuerdo en que se permita a la población tener armas en su casa, además de que más de la mitad de la población reconoce que circulan armas libremente en su comunidad.
A pesar de las numerosas críticas sobre la participación del ejército en el combate al narcotráfico, más del 80% de la población está de acuerdo con estos operativos. Los ciudadanos alertan sobre el peligro de que el ejército se corrompa (54%) y aceptan que el problema sólo se resolverá temporalmente (45%).
El presidente Calderón goza de la aprobación de su política de seguridad y los mexicanos se sienten seguros con la presencia del ejército, pero consideran que México necesitará la ayuda del gobierno de Estados Unidos (55%) y de otros países (57%).Respecto al gobierno del presidente Obama, la opinión tiene mayor esperanza en que se avance en el comercio (47%), el combate a narcotráfico (46%) y el tráfico ilegal de armas (43%) que en los temas migratorios (35%).
Un apartado importante es el de trata de personas, ya que más del 80% de la población considera que es muy grave que alguien toque a una mujer sin su aprobación, la obligue a tener relaciones sexuales o a tener hijos o la lastime. Los mexicanos hacen la sutil diferencia entre la tráfico de personas y la explotación de éstas y el 95% estima que el tráfico de personas es un delito.
Finalmente, los mexicanos se expresaron en esta encuesta sobre el control de manifestaciones, rechazan el uso de toletes y más de la mitad considera que el uso de tanques de agua sería mejor. La solidez de esta encuesta es doblemente significativa, tanto porque sigue abundando y confirmando nuevas tendencias sobre las percepciones de los mexicanos, que muestran preocupaciones auténticas y opiniones informadas, como por tratarse de una encuesta nacional en vivienda, persona a persona, con un nivel de confianza del 95%.
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